La luz de los ojos hundidos, como faros en túneles del olvido.
La distancia de tu boca distante, tan cercana a un sabor flagrante.
La necesidad de los dientes, del cabello, de tus blusas ausentes.
La monotonía de un "Te quiero", el cúmulo de mis ganas, siempre al frente.
No son caricias a granel, no son imagenes copias de Buñuel.
No te vendo un amor sin piel, sin forma, de esos que le das a un cualquier.
Es exclusivo, es formidable, es de esos que despejan el cielo,
es imperfecto pero es de esos que luchan por no perecer.
La luz de tus ojos hundidos, cada vez ilumina más mi camino,
la voz de tus palabras distantes, hacen más falta en estos instantes.
No te vayas sin decirme, no me digas que te vas.
No sumerjas en cubeta mi amorío, que quiere vida, te quiere y ya.
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